La Alegría, La Música, El Baile y El Beso.

Aquellos que encarnan su alma, saben amar verdaderamente. El yo no sabe amar. El yo demonio que hoy jura amor, es desplazado por otro yo demonio que ni tiene ganas de querer. El yo es pluralizado, realmente legión. Toda esa sucesión del yo vive en batalla. Se dice que tenemos una mente. Los gnósticos afirmamos que tenemos muchas mentes. Cada fantasma del yo pluralizado tiene su mente. El yo que besa y adora a la mujer amada es desplazado por otro yo que la odia. Para amar hay que Ser. El hombre todavía no Es . Quien no ha encarnado el alma no Es. El hombre todavía no tiene existencia Real. Por la boca del hombre habla Legión de demonios. Demonios que juran amar, Demonios que abandonan a la adorada, demonios que odian, demonios de celos , de ira  del rencor etc.
Debemos perdonar los defectos de la adorada, porque esos defectos son del yo. El amor no tiene culpa de los disgustos. El culpable es el yo. El hogar de aquel que quiera nacer, debe tener un fondo de alegría, música y besos inefables. La danza, el amor, y la dicha de querer, fortifican el alma que los niños llevan dentro.
 El hombre puede estar en todo, pero no debe ser víctima de nada. Debe ser el Rey, no el esclavo. El que se tomó una copa, no cometió delito, pero el que fué  esclavo y víctima de la copa, ése si cometió delito. El verdadero Maestro es Rey de los cielos, y de la tierra y de los infiernos. El débil no es Rey. El débil es esclavo. El hombre es una mitad, la mujer la otra mitad. Durante el acto sexual se experimenta la dicha de ser Completos.
Cuando una pareja se encuentra unida sexualmente, los clarividentes, suelen ver una luz muy brillante que envuelve a la pareja. Precisamente en ese instante las fuerzas creadora de la naturaleza vienen a servir de medio para la creación de un nuevo ser.
 El baile delicioso, la música y el beso ardiente, donde la pareja se pone en intimo contacto sexual, tiene por objetivo lograr una mutua Magnetización de y de mujer. El poder Magnético es masculino y femenino a la vez, el hombre necesita los fluidos  de su esposa si quiere realmente progresar, y ella necesita inevitablemente
de los fluidos de su marido para lograr el desarrollo de todos sus poderes.